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Navidad: La magia de la inocencia

jueves, 11 de diciembre de 2014

Huele a Navidad. Si. Ese ese olor especial que puedo reconocer a kilómetros. Castañas asadas bailan al son de villancicos y esperan impacientes saciar el hambre de cualquier viandante.

Se que no me entenderéis, pero me gusta la Navidad. Comprendo que es esa época triste y llena de recuerdos para la gran mayoría que desean con todas sus fuerzas que pasen volando. Pues a mi me gusta.

Es el primer año que habrá una silla vacía en la cena. Y es cierto que algo cambia. Sin embargo, me resigno a perder la alegría, la ilusión, a que la palabra Navidad y su significado giren en torno a cosas tristes. Durante todo el año hay tiempo para el recuerdo, no lo asignó a unas fechas concretas si no a que cada día cuente.

Total, que me desvío. Cuando hay un niño en casa, la Navidad cobra aún más sentido, y sinceramente es así como quiero que mi hijo lo viva. Quiero que al llegar diciembre comience a sentir esas hormiguitas que yo sentía en el estómago.

Cada año tengo en mente cómo vivía esta época de pequeña. Solía irme al rastro con mi padre y después poníamos rumbo a Cortylandia. ¿Sabéis qué es Cortylandia? Para las que sois de fuera de Madrid e incluso de España, se trata de un reclamo publicitario de unos grandes almacenes españoles. Para ello, usan una pared del centro comercial y la llenan de muñecos parlanchines que cuentan cada año una historia. Al finalizar, todos los niños ( y no tan niños) cantamos la famosa canción ( que más de uno ahora mismo está tarareando) "Cortylandia , Cortylandia , vamos todos a cantar..." Este año la temática eran los pingüinos musicales.



Los más pequeñitos suben a los hombros de sus entregados papás para no perder detalle. Después, tengo en mi memoria llegar a la inmensa Plaza Mayor.  Mis ojos no daban abasto para observar todas las luces, personajes curiosos, y tenderetes hasta los topes de figuritas para el Belén. Mi padre siempre buscaba musgo para decorar y no podía faltar el famoso caganet.

Pero ahora me toca a mi llevar a mi hijo. El sábado cogimos los abrigos, bufanda, guantes e incluso paraguas y decidimos dar la bienvenida a la Navidad. 

Paseamos entre gotas de lluvia por las pobladas calles de la capital. No cabía un alma, os lo aseguro, pero el ambiente era acogedor, caliente, entrañable pese a los pisotones, empujones y demás. Todos estábamos deseosos y entusiasmados de disfrutar de todo lo mágico de estos días.

Noches en familia. Para mi es un recuerdo que jamás borraré. Llegaba la Nochebuena y todos nos íbamos al pueblo con los abuelos. ¡Éramos ciento y la madre! Después de una copiosa cena de marisco y cordero mi abuela, mi madre y mis tías sacaban los turrones, polvorones y mazapanes. Mís tíos cogían las panderetas y zambombas y mi abuelo se atrevía con una antiquísima guitarra desaliñaba que le daba los acordes perfectos para no dejar de cantar. A veces, los vecinos eran partícipes de esta celebración y tras echar infinitas partidas a la brisca, nos íbamos a la cama, felices y agradecidos de haber compartido un año más.

Entenderéis que para mi, y hasta este año en el que nadie ha faltado a cenar, han sido siempre Navidades de alegría de felicidad y de familia. Este año, diferente, daré gracias por haber tenido la suerte de haber compartido 27 navidades a tu lado abuela, y eso me hace afortunada.

Y vosotros, ¿Cómo celebráis la Navidades? ¿Os gustan estas fechas o preferís que pasen desapercibidas?




2 comentarios:

  1. Me identifico totalmente contigo y tu visión de estas fiestas. Me encanta la navidad, las luces y las casas llenas de gente armando jaleo.
    Quizás hablo desde el desconocimiento ya que aun no falta nadie pero...
    En casa nunca he tenido la sensación de tristeza y había quien tenía suficientes motivos para estarlo ya que muy jovencita lo perdió todo,a su madre con 15 años y a su padre con 22.
    Esa estrella de mi navidad es Mi Madre, a la que nunca he oído un mal comentario sobre estas fechas y tengo que darle las gracias por haberme regalado la ilusión de vivir con alegría la navidad.
    Este año será el primero que tengo al regalo de mi vida, mi bebé Marco, y pase lo que pase haré todo lo posible para que cada una de sus navidades sea mágica.

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    1. Hola Estela! La verdad es que como bien dices creo que influye mucho como te lo hayan inculcado tus padres. Si ves ilusión por las fiestas tu misma la canas teniendo y viviéndolo como unas fechas bonitas. Yo quiero que mi hijo sienta que son fechas mágicas, sobre todo en la infancia.

      Muchos besos!

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Commons Attribution 4.0 International license.

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