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QUERIDA CEFE

jueves, 6 de abril de 2017

Quizá hoy todos esperabais un video donde anunciase el sexo de mi bebé, o un post de esos reveladores del segundo trimestre, sin embargo, a veces la vida golpea, y tuerce los planes sin más, y aquello que tenías pensado hacer queda relegado a un segundo plano. Por eso os pido disculpas.

Este domingo me despertaba con una triste, pero esperada noticia, mi abuela Cefe había fallecido.

Se que estaba ultimamente muy malita, que apenas comía, y que cada suspiro lo dedicaba a cada uno de nosotros, pero no estaba preparada.

Creo firmemente que cuando se mueren los abuelos una etapa se cierra en tu vida. Probablemente la de la infancia. De algún modo se iba apagando, como se apagaban mis momentos felices a su lado, que fueron muchos.

Hoy le debía estas palabras. Me vienen tantas cosas a la cabeza... Su olor, olía tan bien...Siempre olía a limpia. Su piel extremadamente suave y cuidada cuyo secreto no era otro que jabón natural. Su pelo grisáceo, cuidado, suave y fino. Siempre vestida con pantalones y coqueta como la que mas.

Moderna en todos los sentidos, abierta de mente hasta decir basta. Se casó cuando ya era mamá de una niña, y se separó a los 80 años, porque ella quiso decidir cómo terminar su vida. La pequeña de veintiún hermanos, comió cáscaras de naranjas mientras miraba de reojo una guerra civil que le arrebató a más de un ser querido en aquella vieja Extremadura.

Cocinaba como nadie el pisto, y su arroz con leche era inolvidable. Le encantaba comer y a veces se quemaba los labios de la prisa que le entraba por probar lo que había guisado.

Cinco hijos,  once nietos (dos Down en su vida a los que adoraba y los que el domingo vivieron su ausencia de una manera muy especial), ocho biznietos y uno en camino, lloramos su final.

Abuela, tengo tantas cosas que recordar, que anotar, que apuntar en mi mente para que jamás se me olviden. Tus cuentos, tus canciones, tu alegría, pero también tu carácter, tu acento extremeño.

Apenas te has ido y ya te echo de menos. Pero se que allá donde estés habrá gente buena esperándote,  y probablemente todo sea mejor de lo que aquí fue. Gracias abuela Cefe por haber existido y por haberme regalado treinta y un años de tu vida.

Cuatro estrellas brillan con fuerza en el firmamento, mis cuatro estrellas.



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Commons Attribution 4.0 International license.

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