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¿Repetimos?

jueves, 24 de septiembre de 2015

Últimamente no paro de darle vueltas al asunto. Y es que cada vez hay más embarazadas del segundo a mi alrededor.

He de ser franca y siempre he sido de las que tenía muy muy claro que quería dos retoños en mi vida. Tres no. Tres para mi son multitud. Admiro a las trimadres y a los tripadres porque son súper héroes, pero creo que no sería capaz de formar una familia numerosa (pero nunca se sabe)

El caso es que dos me parece un buen número. No es exceso de locura pero tampoco te aburres, seguro.

Mi marido es de los que piensa que con uno vale. La vida de trabajo que llevamos parece que no da para mas. Os aseguro que cada día estoy más convencida de que la vida maternal está hecha para padres o madres no trabajadoras, es increíble y surrealista, pero es la verdad.

El caso es que mis pensamientos cambian por días. Al principio pensaba que si tuviese otro bebe sería cuando mi Petit Manuel fuese un pelín mas autónomo, en definitiva mayor. Pero ahora creo que llevarse tres o cuatro años puede ser lo ideal. Y me gusta la idea.

Sin embargo, tengo un sentimiento contradictorio. Me paso la vida tirando de abuelos, de tíos, de guardería, y pienso en el tiempo que disfruto de mi pequeño.

Yo no trabajo ocho horas, trabajo las horas de mas  que se me exigen sin recompensa alguna. Es la mentalidad española, aquella que hace replantearme si quiero o mas bien si puedo o mejor aún, si me permiten, aumentar mi familia. Mis jefes se mueeeeren porque haga horas, horas y mas horas. Que invierta tiempo, ¿Perdona? El tiempo mejor invertido es el que disfruto cuando llego a casa y mis chicos me esperan con una sonrisa, abrazos y palabras de ánimo y apoyo.

Pero me encantaría darle un compañero de vida a mi pequeño, lo reconozco.Quizá mi marido se caiga de culo cuando lea esto (apuesto a que estará sentado) pero es la verdad. No se cuando, porque nunca es el momento ideal, pero se que sería el mejor regalo que le pudiese dar.

Decidme que pese a todas las peleas, broncas y rencillas no adoráis a vuestros hermanos por encima de todo. 
Yo tengo la suerte de tener un hermano muy especial, a veces demasiado, pero aunque para mi suponga una responsabilidad extra, el simple hecho de saber que existe me hace inmensamente afortunada.

También es que creo que mi embarazo fue tan bueno y tan genial que hasta alguna vez que otra he echado de menos ese estado, (aunque un poco de barriguita se me ha quedado jijiji).

Así que bueno, cada día hay más bimadres valientes a mi alrededor que se embarcan de nuevo en la genial aventura de ser mamá.

Y vosotros, ¿Tenéis claro cuál es vuestro número perfecto?



Querida amiga

jueves, 17 de septiembre de 2015

Querida amiga,

Sólo tu sabes quien eres y se que al mismo tiempo muchas personas pueden sentirse identificadas contigo, por eso me he decidido a escribirte, de la mejor manera que se.
Quizá no poder darte un abrazo en este momento haya sido el motivo por el cual he decidido hacerte esta carta.

De pequeña soñabas como niña que eras, ser esa princesa afortunada que encontraba su príncipe azul para formar una bonita familia. Poco a poco tus deseos se fueron cumpliendo y hallaste tu mitad. Cada día te sientes afortunada de sentirte querida, apoyada y seguro das gracias por cada segundo a su lado.

Emocionada buscabas ese momento. Ansiabas con todo tu alma que por fin llegase el día, aquel en el  pudieses gritar a los cuatro vientos que podrías llamarte mamá.

Pero no llega. Todo se complica. Querrías perderte, llorar hasta sacar toda la rabia que invade tu cuerpo, gritar, escapar, pero no lo haces.

Es posible que ser madre sea tu sueño, pero no lo es todo. Eres una persona fuerte, capaz de enfrentarte a cualquier obstáculo, y cuando digo a cualquier es sin excepción, apenas sin levantar la mano para pedir ayuda.

Pero te miro y se que a veces tirarías la toalla, lo veo en tu mirada, pero no lo haces. Te levantas, e intentas sonreír a la vida, poner tu mejor cara, pese a que por dentro la impotencia te puede, el dolor y la rabia de considerar que a veces, la vida es muy injusta.

No quiero que mis palabras denoten tristeza, porque no es lo que pretendo. Pretendo darte fuerzas, decirte que no estas sola. La vida es maravillosa y gracias a tu incondicional amistad me lo demuestras cada día. Jamás ceses en tu lucha porque lo vas a conseguir.

Tu ya eres mamá. Porque una mamá no sólo es aquella que tiene hijos, si no también quien cuida de sus sobrinos como si fuesen parte de ella, la que se preocupa por que sus amigos estén bien aunque no se encuentre en su mejor momento. Es aquella que protege como leona a su familia, y perdóname querida amiga, pero tu lo cumples con creces.

Quizá nunca te lo he dicho, pero te admiro. Admiro la dedicación y el esfuerzo que pones en todo. Probablemente yo no seria capaz de tener tu valentía y sobre todo de reponerme una y otra vez como tu lo haces.

Se que serás una gran madre, de las buenas. De las que preparan fiestas espectaculares de cumpleaños. De las que sus pequeños presumen de llevar los mejores disfraces del cole y estoy convencida de que se podrán sentir inmensamente orgullosos de tenerte, igual que yo me siento.

Perdona si mis palabras te descolocan o si he hecho remover sentimientos pero no quiero que olvides nunca lo feliz que nos hace verte feliz y que lejos de ser mamá o no, eres una persona muy importante en la vida de mucha gente, entre ellas, en la mía.

¡A por todas, amiga! Siempre contigo.


¿Qué hacer después del cole?

jueves, 10 de septiembre de 2015

Todos estamos inmersos en la vuelta al colé. Listas interminables de malditosrequerimientosescolares que rompen nuestra cabeza y agotan nuestra paciencia.

Empiezan los pedidos interminables de libros, compra de material escolar, ropa, uniformes... Todo es poco para lo que necesitan. He de decir que dicho proceso me deja alucinada. Niños de apenas tres años que necesitan más material escolar que un universitario, mochilas cargadas hasta los topes...

El otro día veía una noticia en la que se reflejaba que dependiendo de la Comunidad Autónoma dónde residas dispones de mas ayudas o menos. Increíble. Simplemente alucinante.

Pero bueno, realmente no quiero centrar mi post en la vuelta al cole, que estamos todos saturados de cupones, vales descuentos (que por cierto, no os dejéis engañar) aconsejaban en las noticias que aunque nos inciten las grandes superficies a beneficiarnos de sus promociones, lo mejor es que comparemos precios y no nos lancemos cual desesperadasmadresalbordedeunataquedenervios a comprar lo primero que nos digan. Buen consejo.

El caso (intentaré no desviarme más) es que quería hablar sobre las actividades extraescolares.

Pueden parecer un efecto secundario de la vuelta a la rutina, pero en mi opinión es muy importante saber elegir bien esa actividad que nuestros pequeños van a realizar durante el curso. ¿Lo habéis pensado ya?

Yo he elegido dos; natación e inglés. ¿Y qué criterio he seguido? Os cuento.

Natación: Primero he de decir que yo tengo una minusvalía en mis piernas. Desde los cinco años, y de nacimiento, tengo una triple malformación, que aunque a simple vista no se aprecia, en ciertos momentos condiciona mi día a día. 
Esto es algo que de algún modo temo, que mi hijo lo herede. No tiene porqué pero me inquieta.
Por eso me interesé por la natación. Es una forma divertida de aprender a nadar al tiempo que fortalecen su musculatura aún precoz.
Es uno de los deportes más recomendados ya que ayuda a prevenir problemas de espalda, huesos y tonifica el cuerpo.
Como mi hijo no tiene tres años es necesario que un adulto le acompañe, lo que viene siendo matronatación. 
La actividad la realizará una vez por semana y tiene una duración de cuarenta y cinco minutos. ¡Empezamos el 19 de septiembre!

Inglés: Con esto estoy un pelín disgustada y ahora os cuento. Como ya os decía en el post Do You speak English? Siempre trato de hablar a mi hijo en inglés, e incluso los dibujos los ve en inglés. Cuando le hablo se enfada y quiere que vuelva 'a ser yo', pero entiende perfectamente. Por eso, porque los niños son esponjas, quiero no desaprovechar la oportunidad y apuntarle a una academia.
No hace mucho os hablé de Kids&Us, una franquicia especializada en inglés para niños. No recuerdo el importe, pero era caro. El caso es que me decidí a llamar para pedir información.
Me aseguraron que al día siguiente me avisarían para concertar una cita. Nada.
Llamé de nuevo y más de lo mismo. Nada.
Hoy he vuelto a llamar, sobre las siete y media de la tarde y en cinco minutos me devolvían la llamada.
Aquí sigo, en el sofá esperando (23:50).
Y la verdad es que ya no se si quiero que me llamen porque me han demostrado poca profesionalidad, pero si lo hacen, prometo manteneros informados.

Lo que siempre he tenido claro es que quiero que sea mi hijo quien marque dicha actividad. No quiero apuntarle a fútbol porque sea 'lo que hacen los niños' o por que a mi me guste. No quiero llevar a una niña a ballet o a rítmica si lo que desea es jugar al baloncesto.
No se si me explico, pero considero que las actividades extraescolares también marcan la personalidad del niño, fomentan el desarrollo intelectual y aportan independencia.
Por supuesto, ni que decir tiene que los padres debemos también aportar refuerzo, si lo necesitan, y clases que les ayude a mejorar en el curso, pero también tenemos que escucharles y animarles a ser los mejores en lo que deseen hacer.

¿Habéis decidido ya qué haréis después del cole?

    Imagen: elmaritimonews.com


Vuelta al cole!!

jueves, 3 de septiembre de 2015

Qué típico título de post, ¿Verdad? Pero lo cierto es que septiembre es el mes que se caracteriza por eso, volver al cole, a la rutina, y ya estamos de vuelta!

No han podido estar a tiempo esos cambios prometidos en el formato de Llámamemamá pero esperamos tenerlos listos en breve. :(

Como os dije antes de irme, me encontraba excesivamente saturada y aún así me sigo encontrando. No con el blog, que es lo que me da un soplo de aire fresco, si no con trabajo, falta de tiempo, cansancio, así que por ese motivo y por mejorar la calidad del contenido, he decidido publicar únicamente los jueves.

¿Por qué los jueves? Pues es simple. Hace poco lo hablaba con una buena amiga y juntas llegamos a la misma conclusión. Seamos sinceros, los lunes estamos un poco...¿empanadillas? Jeje Tenemos en mente toda la semana que esta por llegar y sobre todo a veces venimos tan desconectados del mundo real que nos olvidamos de leer (entre otras cosas) 
Los jueves molan. Si, si, molan mucho. ¿Se les llama Juernes ahora, no? Los jueves es ya final de semana y nuestro ánimo comienza a subir porque estamos a puntito de rozar el finde. Nos apetece ver cosas porque estamos animados y buscamos evadirnos de la semanita que hemos pasado (que no siempre son buenas)
Así que me auto convencí y me pareció un buen día para lanzar mis posts. Admito que yo era más de lunes que fue el origen de Llámamemamá, pero he pensado en todas las cosas buenas que tienen los jueves.

Ojalá pudiese contaros que he pasado un verano imparable de playa en playa, de chiringuito en chiringuito, pero nada más lejos de la realidad. Trabajo y más trabajo. ¡Ahhh bueno, si! Y una semana con mis polluelos en Peñiscola. Huelga decir que nos ha hecho malísimo. ¿Conocéis Peñíscola? Para quien no lo conozca, decir que es un preciosa ciudad costera de la provincia de Castellón. Tiene un encanto especial.

El casco histórico es lo más. Casas blancas, callejuelas donde el aire cruza rozando las paredes.Suelos empedrados y unas vistas desde el castillo que enamoran. Una ciudad para los niños. Con parques en cada rincón, teatros improvisados de esos que te transportan a tu niñez. Me encanta.

La verdad es que tenía muchas ganas de contaros. Era mi segundo año de veraneo familiar, y en realidad creo que el primero en el que mi petit pudo disfrutar y conocer la playa. Le fascinó.
Bajar a la playa nunca ha sido un despliegue para mi. Yo siempre simplifico y trato de llevar lo mínimo e imprescindible, así que toallas, protección, manguitos, un cubo, una pala, rastrillo, chupete, un pañal de cambio y agua mineral, ah y revistas (para desconectar un poco).
Cuando eres madre y logras tener cinco minutos de evasión en la toalla mientras el buen padre hace castillos en la orilla...El tiempo se detiene.
Llamadme egoísta, mala madre, osada, pero pago por ese rato en el que miras a un lado y a otro o al horizonte y sólo escuchas paz. Eso hasta que el hijo de turno viene corriendo cual croqueta y te da un abrazo de esos en los que la arena cobra protagonismo y nada queda de la toalla limpia y bien estirada.

El caso es que a mi me gusta observar. Y cuando dispongo de esos cinco minutos aún más. Recuerdo que antes de que Petit naciera ya nos fijábamos en las clases de familias que poblaban las playas. Y sobra decir, criticábamos. 'Mira ese padre que pasa de su hijo', 'mira ese hijo que pasa de su padre' 'mira esa madre que pasa de su hijo y del padre' Y ahora simplemente, les entiendo.

Hay diversidad de familias, y en la playa puedes encontrarlas todas concentradas. Pero este año había algo distinto en mi. Miraba a todas las madres con respeto y admiración. Somos geniales y es que además se nota que tenemos ese gen maternal. Da igual si eres despistada como yo, desordenada, maniática, histérica, pausada...Ese gen nos hace únicas e iguales, las mejores.

No se si esto que a mi me ocurre lo habéis vivido, pero reconforta saber que todas intentamos hacer todo lo mejor posible, y ¿sabéis qué? ¡Lo conseguimos! Espero que hayáis pasado un buen verano.

Os espero el próximo jueves con un nuevo post y un nuevo tema! ¿Cuál será?¡Feliz semana!

           Foto de Peñíscola by Llámamemamá 


Commons Attribution 4.0 International license.

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