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SIMPLEMENTE EDUCANDO

domingo, 11 de noviembre de 2018

¡Uooola llamamemistas!

¡Ay Dios! Se que lo he dicho mil veces pero creo que no me da la vida. Empieza la semana y me propongo escribir o grabar, pero pasan los días y empiezan a surgir miles de cosas que se escapan hasta de mi agenda y cuando quiero darme cuenta, es jueves. O en este caso, ha pasado el jueves.

Estoy segura de que much@s sabéis de lo que os hablo. En fin. he conseguido sacar un ratito, encerrarme en la habitación y darle al teclado.

Quería hablaros de algo que me ocurrió hace poco y que considero importante comentar porque es algo cotidiano pero que muchas veces no nos paramos a pensar. Leía un post en IG de una mami que sigo que me dejó algo perpleja. Relataba que yendo por la calle se topó con una mamá que iba gritando al niño mientras le cogía del brazo (como arrastrándole) y esa imagen le hizo reflexionar sobre la importancia de educar en el amor y que obviamente eso jamás lo haría con su hijo.

Sinceramente, trato de no comentar estas cosas mucho porque son bastante polémicas, pero os juro que me hizo sentir mal y no pude por menos que escribir.

Yo educo en el amor señoras y señores, pero si, también he gritado alguna vez, y también he llevado arrastras a Petit Manuel cuando no ha querido salir del parque, cuando le da una rabieta o cuando mi paciencia toca su límite.

No soy una mamá 'Instagrameable' lo siento, siento decepcionaros, pero en casa se comen pizzas, fritos, verdura, carne, pescado, fruta y chuches también. Soy como soy y me dolió que esa mamá que seguramente también educa en el amor, pero que perdió la paciencia, fuese juzgada. Porque esa mamá, podría haber sido yo.
Hace poco comentaba la vorágine de vida que llevamos, que por supuesto no es ni lo mejor, ni lo mas saludable, pero a veces tenemos tanta prisa que cualquier imprevisto puede desquiciarnos.

No quiero juzgar. Se que hay madres 'perfectas' cuyos hijos sólo comen verduras, juegan con juegos didácticos, no ven la tablet, no comen chuches y por supuesto no reciben castigos. Pero también hay madres 'perfectas' que no miden con regla cada paso que dan, que regañan, que viven el día a día, que pierden los nervios, pero que dan besos y abrazos como nadie.

Estoy cansada de las perfectas imperfecciones, de las comparativas, de los juicios sanos e insanos. ¿Por qué no disfrutamos un poco más de la vida y no perdemos tanto tiempo en fijarnos en los de al lado?

Educar en el amor, sin gritos, es el mundo ideal, lo que todos querríamos, pero somos humanos, fallamos y lo importante es corregirlo, pero creo que para mi educar en el amor es eso, querer por encima de todo, hablar de respeto, de pedir perdón, porque seguramente esa mamá lo hizo cuando se dio cuenta de que no merecía la pena gritar, a mi me pasa, el problema es que desgraciadamente, ya había sido juzgada.

Y vosotr@s llamamemamistas, ¿Habéis perdido los nervios alguna vez? (Estoy segura que no soy la única si que, vamos...confesad!!!! ¡Feliz semana!

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