Desde que Estela y Rafa se conocieron estaban convencidos de que su amor era verdadero. Nada ni nadie podría distanciarles y cada día que pasaba deseaban dar pasos juntos, pasos hacia la pequeña gran familia que hoy tienen.
Ella, tierna, buena, crédula y generosa. Todo le parecía bueno, todo le sabía bien, y disfrutaba cada segundo de la felicidad que le aportaba sentirse querida, deseada. Rafa era y es su punto racional, su contrapunto. El que calma sus heridas y el que por ella bajaría la luna cada noche.
Estaba dispuesto a todo por verle sonreír, tanto es así que se propuso cumplir todos y cada uno de sus sueños, entre ellos, el que le llevaría a tomar una de las mayores decisiones de su vida. Ser padres.
Pronto recibieron la noticia. Habían logrado lo que tanto anhelaban, tendrían ese pedacito de cada uno, que compondría la mezcla perfecta de los dos. ¡Qué bien se está embarazada! El mejor momento de su vida, sin duda. Estela se sentía bendecida, ilusionada, feliz y deseosa de tenerle entre sus brazos.
Marco era la guinda de su felicidad.
A las 38 semanas recibieron una extraña y desconcertante noticia. Su bebé no cogía peso y lo mejor sería traerle al mundo cuanto antes.
Pese al desconcierto, Estela estaba tranquila, confiaba en que todo saldría bien. Cada noche, Rafa y ella intentaban transmitir a Marco que estaban unidos, y que juntos podrían con todo.
Llegaron al hospital, y tras varios intentos por provocar el parto, el pequeño seguía sin querer salir. Rafa sabía lo que debía hacer. Como siempre, intento darle todo el amor, calor y apoyo a su mujer, haciéndole sentir que el comienzo de su nueva vida estaba a punto de asomar. ¡Cuánto agradece esa paz que le regala día a día!
Era 27 de julio. Sin duda, el día, el gran día. Las contracciones hacían de las suyas, un calor extremadamente denso recorría su cuerpo, pero no podía fallar, y no lo hizo. Su cabeza sólo podía pensar en ayudar a su pequeño a recorrer el camino. Luchó, empujó y no perdió nunca la calma. Él estaba a su lado, impactado por todo lo que estaba sucediendo y por la inmensa fuerza que ella demostraba pese al dolor.
Sus piernas temblaban y su sudor se mezclaba con el frío hierro de aquella cama. ¡Ya llega! ¡Bienvenido al mundo pequeño Marco! Era su bebé, lloraba, estaba bien, todo había salido tal y como esperaban. Su piel sonrosada, nueva, pura. Sus ojos rasgados, vivos, no querían perder ni un detalle de todo lo que el mundo le deparaba. Las lágrimas empaparon sus mejillas y tanto Rafa como ella sintieron ese escalofrío tan especial que se siente cuando ves por primera vez a tu hijo. Cuando puedes gritar a los cuatro vientos que eres padre. Cuando sientes esa eterna responsabilidad de proteger algo tan tuyo, tan de los dos.
Marco nació con 2.170 gramos, y eso hizo que tuviese que pasar unos días en neonatos. Estuvo muy arropado por todo el personal clínico, pero Estela sólo pensaba en el momento de llegar a casa y no tenerle. Fue duro salir del hospital sin él. Después de nueve meses, tenía la sensación de haber perdido una parte de su ser. Sin embargo, por suerte los días pasaron rápido y pronto pudieron llevarle a casa, a su hogar.
Sentir que ya jamás nadie les separaría y que una vez mas, la vida les había regalado la posibilidad de vivirla juntos. Estaban orgullosos y sus ojos brillaban de felicidad, habían conseguido lo que siempre habían soñado, lo que aquella tarde en Venecia, frente al Puente de los Suspiros, se prometieron, formar su propia familia.
* Estela ha querido hacer una mención especial a una persona que se cruzó en sus vidas. Creyó ser un ángel que en el momento en el que mas tranquilidad necesitaba ahí estuvo. Enfermera y mamá de su amiga Cristina Durán. De parte de Estela y Rafa, gracias, gracias simplemente porque tu presencia hizo más sencillo uno de los días más importantes.
** Gracias a Estela y Rafa por prestarme uno de los días más especiales de sus vidas. Gracias a Marco por ser el regalo perfecto para sus papás.
Ya son varias las veces que lo he leído y sigo emocionandome. Que bonito volver a revivirlo después de 7meses, así dan ganas de volver a dar a luz jijiji. Gracias de nuevo.
ResponderEliminarTe diría que ahora a por el segundo!!! Pero para serte franca... Disfruta al máximo de esa preciosidad de niño que tienes y por supuesto, siempre te quedará este post para disfrutarlo. Me alegro muchísimo de que te haya gustado. A veces es complicado poder transmitir todo lo que sentís. Un beso fuerte!
EliminarPrecioso son los post que mas me gustan porque yo también revivo mi parto h md emociono con cada uno dd ellos
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