Habíamos visto miles de ideas por internet para inmortalizar momentos, y nos pareció oportuno. No creáis que nos compramos la mas normalita del mercado, no. Compramos una Nikkon que parecía hasta profesional. Nos dio fuerte.
Lo cierto es que en nuestros viajes siempre llevábamos cámaras prestadas por amigos o familiares y era hora de tener la nuestra propia, y un acontecimiento así lo merecía.
Navegando por la red vimos padres que retrataban a sus hijos cada día con el fin de ver la evolución de su crecimiento. ¡Uauuuuu! Parecía fácil. ¿Lo hicimos? No, never, jamás de los jamases.
Es más, pensábamos tener la cámara súper lista para inmortalizar cada momento de nuestro bebé el día D. La cámara se quedó en casa y simplemente usamos los móviles para capturar la imagen del chiquitín.
Han pasado más de dos años desde entonces y hoy he decidido cogerla, mirar fotos, indagar y de paso pararme a pensar en la importancia de tener esos detalles, esas imágenes, que aunque parezca que permanecen es nuestras mentes, es difícil apreciar el paso del tiempo.
Así que me he puesto un reto, y es hacer uso de esta pequeña maravilla que nos compramos y a la cual podemos sacar muchísimo partido. Hasta ahora hemos ido de vacaciones, de ruta, a la playa y aunque tratábamos de llevarla, muchas veces quedaba en la habitación del hotel 'por no cargar con ella'.
Se que la comodidad del móvil no es comparable, pero os aseguro que la calidad de las fotos tampoco.
¿Os acordáis de aquello que llamaban álbum de fotos? Parece de la prehistoria, ¿Verdad? Pues os diré que a mi hijo le encantan. De vez en cuando va a su habitación, los coge y los repasa alegremente una y otra vez.
Ver fotos antiguas me chifla y más si lo hago junto a primos,tíos, padres, hermanos o amigos. Seguro que recordáis miles de momentazos cuando desempolváis esos álbumes y los sacáis a pasear.
Me encanta pensar que el día de mañana será mi hijo quien los mire, los comente y se ría viendo la boda de sus padres, los modelitos que se lucían en 2016 y sienta la misma felicidad que siento yo viéndolos.
Y vosotros, ¿Sois de los que vais cámara en mano fotografiando cada paso que vuestro da o por el contrario os resulta un rollazo ir con la cámara a cuestas?
Nosotros también nos compramos una buena cámara (no nos hace falta tanto) para el día D. Y también se quedo en casa... pero si la usamos muchísimo! En cada viaje viene con nosotros e intentamos hacer todas las fotos posibles para que el día de mañana mi niña pueda ver todas esas fotos y sacarle una sonrisa. :)
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