Hoy es el último día de guarde de Petit Manuel.
Quizá para vosotros esto no sea algo relevante, pero para mi sí.
Iba yo en el coche, sola, pensando y recordando cuando hace dos años le dejaba gateando, comenzando una nueva etapa en aquella sala llena de niños que ya andaban y corrían.
Era el más pequeño. Apenas llevaba unos meses a cuatro patas recorriendo cual ratoncillo toda habitación que se le pusiese por delante. Siendo sincera, confiaba en él y no tenía miedo. Le veía seguro y muy rápido logró adaptarse.
Es lógico tener ese sentimiento de...llamémosle temor a lo desconocido, que sufrimos las madres, en especial las primerizas, cuando dejamos a nuestros cachorros en manos ajenas.
Son nuestro bien más preciado, nuestro tesoro. Sólo nosotras les entendemos (o eso creemos) pero en realidad son ellos mismos los que a base de confianza se hacen entender y respetar.
Los meses pasaban y él crecía a una velocidad vertiginosa. Creo que hasta que no eres padre no te das cuenta de lo rápido que pasa la vida y de lo importante que es no dejar de disfrutar cada instante. En el momento en el que tus decisiones giran entorno a una personita, comienzas a ser consciente de que cada segundo cuenta.
Llegaban las primeras 'notas', los primeros progresos, los primeros amigos, las primeras novietas, los arañazos, los resfriados, las regañinas, los cumpleaños, los disfraces, las celebraciones de Navidad, y de verano. Sin apenas darnos cuenta, había superado el primer año. Comenzaba a hacerse mayor, (o eso decía él)
El segundo año estaba chupado y volvía con unas ganas tremendas de ver a sus compañeros, que poco a poco se convertían en sus primeros mejores amigos. Su independencia me abrumaba, pero hacía que me sintiese tranquila porque en el cole se sentía, simplemente feliz.
Hubo un momento en el que estaba centrada en mis metas profesionales, sin embargo, un día me paré a pensar. El tiempo pasaba y deseaba poder formar parte de todo lo que estaba sucediendo alrededor de mi hijo. Quería llegar a recogerle y que me abrazase, saber qué era lo que hacía, leer su libreta de notas, revisar el menú diario, hablar con su profesora en persona y no sólo por whats app, quería involucrarme. Por ello, me reduje la jornada.
No os puedo mentir, me ha costado mucho tiempo hacerme a la idea de que el trabajo no lo es todo, que lo que verdaderamente importa es vivir la vida, y disfrutar de la familia, saborear esos momentos tan especiales y dejarse llevar. Ha habido momentos duros, en los que no sabía si mi elección había sido la correcta.
Hoy puedo decir con la cabeza muy alta y el corazón bien lleno de amor, que fue la mejor decisión que he podido tomar.
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Matricula echada. Libros comprados. Primeras reuniones. ¡Ya estamos en el cole de mayores!
Creo que estos últimos meses han sido un tumulto de cosas, de idas y venidas para que nos den plaza en el centro elegido, de jornadas de puertas abiertas, de intercambiar sensaciones...Ha pasado tan rápido todo que creo que no me había parado a pensar en lo que eso suponía.
Mi Petit Manuel se hace mayor, y ahora de verdad. Septiembre será un mes de numerosos cambios. Conocerá nuevos compañeros, nuevas profesoras, nuevas situaciones en las que deberá aprender a resolver él solito. ¿Me asusta? No. Simplemente me inquieta.
Una nueva etapa se aproxima Petit Manuel, mi pequeño, y yo estaré allí para levantarte cuando te caigas, para regañarte cuando lo requieras, para guiarte cuando lo necesites, pero sobre todo allí estaré para animarte a que sigas creciendo sin límites, siendo tú.
El mío también ha crecico muy rápido y empezará próximo curso primaria, es una pasada!!
ResponderEliminarBesoss