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El camino hasta el diecisiete de julio había sido difícil. Piedras y más piedras en el camino, pero también unión, ánimos, y fuerza, sobre todo fuerza. Creo que María había luchado tanto por estar ahí, por tener su momento, que ya nada podía asustarle, estaba convencida de que lo peor había quedado atrás y sólo les quedaba ver la carita de ese pequeño milagro.
María se sentía madre antes de dar a luz. Su manera de hablar, su tranquilidad, su compromiso...Me transmitía seguridad, y es que llevaba tiempo preparándose para ello, para él.
La noche antes del gran día decidió hacerse la última foto de embarazada. Estaba pletórica, cansada, pero feliz. No temía al parto, aunque a veces trataba de imaginar como sería.
Cerró los ojos, fundiendose en un plácido sueño. ¡Álvaro, he roto aguas!
Fue ahí cuando supo que había llegado la hora. ¡Qué sensación! En su cabeza sólo cabía positividad, energía. Había pasado por tanto que esto era la recompensa. Su pequeña familia iba a aumentar, cuando volviese a casa, por fin, serían tres.
Llegaron nerviosos, lo habían soñado tantas veces que les parecía increíble que pronto fuese a ocurrir. Lo cierto es que los médicos les dijeron que debían esperar, la ingresaron. No importaba, estaba tan plena, tan enérgica, tan preparada para empezar su labor como mamá que podía aguantar unas horas más.
Pero él quería salir. Ansiaba conocer a aquella mujer valiente que lucho contra todo por tenerle en su vida. También a su papá, aquel hombre bueno que sirvió de bastón para su madre, que jamás se rindió y que decidió darlo todo por hacerla feliz, porque fuesen aún más felices.
Álvaro revoltoso y juguetón empujaba con fuerza. Quería avisar a su mamá de que estaría con ella, que juntos lo conseguirían. Tras varias horas llegó el diecisiete de julio. Cinco minutos después de que el reloj marcara las doce, asomó su cabecita.
Mamá estaba dolorida, pero observó entre lágrimas como su vida llegaba al mundo. Le apretó la mano con fuerza y él besó su frente calmándola.
Al fin, está aquí. Eran padres. Era más madre que nunca, y sus ojos se iluminaron. Su corazón latía con fuerza intentando disfrutar de cada segundo, de aquel mágico momento en aquel extraño lugar.
Todo había salido bien. Unos minutos después le acercaron a su bebé. Temblorosa abrió sus brazos y le recibió. Era tan bonito que le costaba creerlo. Era el ser más maravilloso que jamás había visto.
Pronto su pecho se convirtió en sustento, su calor y su amor le guiaban para alimentarse.
Tocaba su piel, su rosada y delicada piel, era real. Estaba completo, sus manos, sus deditos, no podía pedir más que vivir cada momento como sí fuese el último. Miró a su compañero, su amigo, su marido y dio gracias por haber podido formar esa bonita familia juntos, por llamarse mamá y sobre todo porque el destino le haya hecho creer que los pequeños, grandes milagros, sin duda, existen.
Nota de María a su pequeño:
Mi vida te queremos más que a nada de este mundo y gracias por habernos enseñado la felicidad más absoluta.
Aqui me tienes leyendo mi parto con mi pequeño milagrito al lado mio dormidito y lo único que puedo hacer es no dejar de llorar acordándome de cada segundo de ese maravilloso dia. Millones de gracias por volver a trasladarme a ese dia magico, me encanta como has contado el parto. Un besazo preciosa .
ResponderEliminarQ bonito Felicito a esos papas tan valientes Enhorabuena y ati tambien por contar cosa tan bonitas besitos
ResponderEliminarFelicidades por ese lindo bebé!!!q recuerdos...jiji
ResponderEliminarPrecioso Irene como siempre, un beso
Precioso como siempre y el pequeño Álvaro guapísimo. Me ha entrado morriña y voy a volver a leer el mio jaja besitosss
ResponderEliminarYo tambien quiero darles nuevamente la enhorabuena a mis primos, a los dos, a Alvaro por cuidar de mi Maria, por hacerla tan feliz y por ayudarla a realizar uno de sus deseos mas ansiados, y a Maria, a mi prima porque ha sido muy valiente, porque mientras ella buscaba quedar embarazada toda nuestra familia empezo a crecer nacieron en unos meses Hugo, Lucia y Carla y mientras pasaban los meses sin que Maria consiguiera quedarse embarazada y sin embargo disfruto y se alegro de todos los nacimientos sin ninguna reserva y todo porque es una maravillosa persona, que da mucho a cambio de nada, hasta en su trabajo ( trabaja en un geriatrico) los abuelitos y abuelitas la adoran. En fin todos direis, claro como es su prima......pues si, es mi prima y mas si cabe casi mi hermana y la quiero con locura.
ResponderEliminarPero todo lo dicho es absolutamente verdad. Muchos besos y muchos animos a todas aquellas personas que estan intentando ser mamas y papas....en nuestra familia por lo menos tres de los ultimos bebes que han nacido lo han hecho despues de alguna ayuda medica.
Jo Chelito como siempre me arrancas alguna lagrima. Sólo decirte que tengo la mejor familia del mundo y que yo también te quiero un monton
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