Recuerdo que me avisaron de que esto podía ocurrir, y aunque aún no lo he experimentado en mis propias carnes, lo cierto es que he comenzado a sentir curiosidad por el asunto.
¿Qué son exactamente dichos miedos?
Como su nombre indica se trata de pesadillas. La edad primaria suele ser el periodo donde se pueden producir con intensidad. Desde los 2 años hasta los 12 es común que aparezcan, mientras que si estos persisten durante la edad adulta deberían ser analizados más detenidamente ya que podrían tratarse de problemas emocionales. Se calcula que el 40% de la población ha tenido terrores nocturnos durante la infancia.
¿Cómo podemos reconocer que se trata de terrores nocturnos?
Gritos, llantos repentinos en la noche (normalmente cuando el pequeño lleva aproximadamente 3-4 horas durmiendo) sudores, pupilas dilatadas. Es muy probable que al cogerle e intentar calmarle el llanto o miedo persista hasta veinte minutos.
Se aconsejan las caricias, el piel con piel y sobre todo las palabras tiernas, pero firmes. Que reconozcan nuestra voz y nuestro olor para sentirse protegidos y seguros de esa pesadilla.
¿Por qué aparecen los terrores nocturnos?
Hay varios puntos con los que se ven relacionados. Esto no quiere decir que siempre correspondan a uno de estos puntos, simplemente que los expertos los han relacionado directamente con:
1. La falta de sueño y horarios intercambiados. Para ello es necesario una organización, unas tareas diarias más o menos inamovibles y sobre todo, unos horarios a la hora de ir a dormir. Establecer una rutina es básico en los primeros años de vida.
2. Su cerebro aún es inmaduro. Dicha inmadurez es lo que impide al pequeño separar la realidad del sueño. Por eso se despiertan alterados, angustiados y desorientados.
3. Antecedentes familiares. Muchos de los niños que sufren terrores nocturnos seguro tendrán casos similares en su familia. A veces, es complicado saberlo, pero si tenemos la posibilidad de consultarlo, podemos salir de dudas.
4. La fiebre y los medicamentos también son factores a tener en cuenta. Es posible que al estar enfermos y medicados ayuden a los delirios nocturnos.
¿Qué precauciones podemos tener para evitarlos?
Como he dicho antes, tener una rutina y unos horarios de sueño más o menos marcados (obviamente hay momentos y días que es imposible seguirlos porque surgen imprevistos) pero puede ser el primer paso a seguir.
La cafeína y estimulantes deben ser controlados y no excederse. Los niños que ya toman refrescos, deben tomarlos exentos de excitantes como la cafeína.
Otra manera de intentar evitarlo o al menos disminuirlos es disminuir la visión de escenas de terror, ya sea en películas o incluso en el telediario, que aunque nos parezca mentira, ahí se muestras situaciones reales donde aparecen elementos como la sangre o la violencia que pueden producir miedo en el subconsciente.
Para los más pequeños, puede resultar favorecedor el que aprendan a dormirse con un muñeco o referente que le hagan sentirse protegidos y cuidados. Cierto es que esto puede resultar un arma de doble filo, ya que puede que el pequeño tome como referencia de sueño únicamente ese muñeco.
¿Algun@ de vosotr@s ha pasado por este temido proceso? ¿Cómo lo habéis llevado?
Es cierto con lo q convives el dia a dia es lo q te produce por la noche. El miedo y produce angustia tanto de niño como de mayor lo se por esperiencia hay q intentar estar con la mente ocupada en cosas positivas un besito y a practicar q el teorico es facil
ResponderEliminarMe ha gustado mucho esta entrada. Yo suelo hablar del sueño infantil en mi blog y me interesan mucho estos temas. un beso
ResponderEliminarHay , hay he recordado mi infancia , yo padeci de terrores nocturnos y fue horrible me acuerdo que con jurasic park que parece una tontería no dormi en una semana y me iba noche si noche también a la cama de mis padres era muy miedosa . Espero que mi niño no lo herede pobrecito.
ResponderEliminar